Mujeres Rurales Cooperativistas

La palabra arbusto, tanto en diccionarios de habla castellana como en libros de jardinería, define a “una planta perenne, de tallos leñosos y ramas desde la base”.

En la práctica jardinera la acepción es la misma, sólo que esa condición distintiva puede ser natural o adquirida mediante podas o ciertas condiciones de cultivo.
No hay referencia a la altura del ejemplar catalogado como arbusto, pero, en función de los objetivos de esta nota, convengamos  en que no debería superar los 3 metros. De todos modos, los eucaliptos que han sido talados para usar sus troncos rebrotan en varios tallos, que alcanzan gran altura y no dejan de ser “eucaliptos”.


Enmacetados
A decir verdad, hemos elegido a los arbustos como protagonistas de esta nota, porque son el tipo de planta más habitual en la jardinería, por su funcionalidad, por su facilidad de cultivo y por la gran variedad de especies que integran esta categoría.
Además, los viveros los ofrecen ya enmacetados, de  manera que pueden incorporarse al jardín en cualquier época del año y, por supuesto, lucir impecables.
Para ubicarlos correctamente hay que tener en cuenta cuál será su máximo desarrollo.

La operación es sencilla:

◆ Si la maceta es de plástico, se hace un corte desde el borde superior hasta el fondo, se quita el terrón cuidando que el pan de tierra no se rompa –en ese caso se dañarían también las raíces– y se lo ubica en el hoyo cavado con ese fin. Se hará con el fondo removido y más tarde rellenado con buena tierra.

◆ Luego se riega de forma suave y abundante para consolidar la plantación. También se los puede reproducir por semillas, por estacas –sobre todo en otoño y fin del invierno– y por injerto.


Identikit

◆ Los arbustos de follaje perenne, ramas cortas y hojas pequeñas son muy apropiados para lograr volúmenes geométricos  mediante podas. El más utilizado es el boj (Buxus serpenvirens), con pequeñas hojas muy tupidas color verde oscuro, y muy dócil a la poda.

◆ Los ejemplares podados de distinta forma –esférica, piramidal o en diferentes fantasías– pueden cortarse tantas veces como sea necesario. Pittusporum, Evonymus, Laurus y Viburnum, entre otros, son aptos para ese tipo de podas. Y hasta algunas especies trepadoras, como el Trachelospermun –el popular jazmín de leche–, con una sabia poda después de la floración, se
vuelve un denso arbusto. Asimismo, la popular ligustrina también permite esas podas, pero su rápido crecimiento las anula.

◆ Muchos de los arbustos presentan “versiones” en follaje verde y también variegado, generalmente con amarillo o blanco. Éstos lucen mejor aislados y pueden constituir interesantes puntos focales.

◆ En la ciudad de Buenos Aires y alrededores, así como en distintos microclimas del centro y norte del país, florecen bellos arbustos subtropicales.
Uno de ellos es Tibouschina, de interesantes hojas cubiertas con pelusa gris y prolongada floración en grandes racimos de flores azules. Es dócil a la poda, puede superar los dos metros de altura y se reproduce fácilmente por estacas.

◆ Los distintos Hibiscus tienen una gran presencia en nuestros jardines, así como una atractiva floración, en versiones de arbusto o “arbolito”: el suspiro de floración primaveral (Hibiscus syriacus) y la rosa china (Hibiscus sinenesis), de mayor talla. Esta última está limitada a climas más agradables –se la cultiva hasta en La Pampa–, pero como arbusto bajo que se debe proteger en invierno tiene una presencia familiar, con flores simples o dobles, en gran variedad de colores y tonos.

Se reproduce por estaca e injerto.

◆ Por su parte, la Gardenia o jazmín de El Cabo, con desafortunadas versiones sin perfume, también nos acompaña desde hace
mucho tiempo.

1 Un macizo boj podado de forma geométrica.

2 El jazmín del cielo es un arbusto apoyante con follaje perenne o semicaduco.

3 Bella flor de Hibiscus syriacus, junto a un ejemplar podado como arbolito.

4 La Tibouschina produce flores de un fantástico tono azulado.

5 Hipsoras es otro arbusto cuya morfología puede manejarse.

6 Trepadoras como el jazmín de leche pueden convertirse en arbustos.

7 El laurel rosa se adapta perfectamente a la formación como pequeño árbol.

8 La rosa china florece en gran variedad de tonos.

Cristina L. de Bugatti
Fotos: Julio Giustozzi